El vicepresidente de Educación de Microsoft, Anthony Salcito, comienza afirmando que el “reinventar” la educación es algo que produce inquietud, especialmente en los docentes. La dinámica del cambio comienza por reconocer un simple concepto: el aprendizaje. Se nos presenta una gran oportunidad, pero hasta que no cambiemos la mentalidad en el enfoque, no seremos capaces de sacar el máximo provecho de lo que la tecnología puede ofrecer.
Por otro lado, el hecho de que los estudiantes estén aprendiendo sin los docentes produce cierto temor. Sin embargo, esta realidad debería empoderar a los educadores, puesto que el mundo requiere de nuevas habilidades y es aquí donde el papel del docente nunca ha sido tan importante. Es necesario enseñar nuevas competencias a los alumnos de forma que estén lo suficientemente preparados. No se trata de una transformación tecnológica, sino de transformar a las personas y cambiar la mentalidad. Se trata de empoderar a los docentes de forma que se les vea como héroes respetables en nuestra sociedad y de reconocer que su misión es altamente valiosa. Hemos de ser capaces de llevar a las aulas esa cultura de reinventarse, de ser atrevidos, de ser capaces de cambiar el statu quo. Por otro lado, la tecnología ayuda a acelerar el cambio; en ese sentido, el poder y capacidad de los datos está cambiando y propulsando esta transformación. Hemos de pensar de forma diferente en cómo usar los datos y cambiar la cultura que tenemos sobre el manejo de los mismos. Los datos están conectados con una convergencia que se está dando en la tecnología. Esta es la convergencia del Big Data y la disponibilidad de los datos propulsada por las inversiones en IA y la disponibilidad de la nube, que está cambiando todo y requiere que pensemos de forma diferente en el uso de los datos de forma que obtengamos resultados y podamos ser capaces de predecir hacia dónde hemos de ir. Esta convergencia forma parte de 5 tendencias clave que están cambiando todo: IA, Internet de las Cosas, Realidad Mixta, Blockchain y computación cuántica. En este punto, lo que más asusta no es la desaparición de puestos de trabajo puesto que, la realidad es que todas ellas traen consigo nuevas oportunidades de empleos que hasta hace pocos años no existían, sino la falta de talento. La computación cuántica tiene el potencial de cambiar el mundo y va a ayudar a los estudiantes a conseguir las capacidades necesarias para afrontar muchos de los desafíos que existen en el planeta, como el cambio climático, la producción de alimentos, etc. Los estudiantes son el futuro y los docentes son una pieza clave en este camino. Hay que imponer en las aulas una filosofía innovadora y una fuerte convicción de impulsar el cambio, y esto tiene que comenzar por un cambio de mentalidad por parte de todos.
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