Aunque todos los miembros del panel aportan una visión muy amplia del continente, América Latina no es una región, es diversa y sus necesidades también lo son. La secretaria general de la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB), Rebeca Grynspan, inicia su participación confirmando que América Latina duplicó su población universitaria en el siglo XXI (aunque la tasa de decepción universitaria es muy elevada), lo que «simboliza» el acceso de la población a la educación, pero no es un acceso igualitario y de calidad y se deben evitar las desigualdades. El ecosistema de la educación debe cambiar, enfocarse en el aprendizaje continuo (el mundo del empleo y las habilidades requeridas se va a transformar, hay que formar a los profesionales que realmente demanda la sociedad).
El presidente de Santander Universidades, Matías Rodríguez Inciarte, detecta que la problemática universitaria es común: falta de financiación; es necesaria la eliminación de las trabas burocráticas ; se deben revisar los sistemas de gobernanza y abrirse más a la sociedad y a la empresa y digitalizar, abrir la comunicación. El rector de la Universidad de los Andres (Colombia), Pablo Navas, habla sobre cómo han creado un sistema de financiación disruptivo y más inclusivo (un préstamo que es un acuerdo de reciprocidad que maneja el mismo estudiante) con retorno a siguientes generaciones.
Asimismo, se señala que en LATAM la digitalización ha entrado más en el ocio, pero no tanto en la educación y en el mundo laboral, y es un esfuerzo de los gobiernos. En LATAM la sociedad ha ido más rápido que las instituciones y sus alumnos necesitan oportunidades, motivación e internacionalización (más intercambio de talento LATAM, más becas de movilidad y abrirse las alianzas).
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